Un innovador proyecto de abordaje del trabajador en el proceso de la esquila ovina ha sido lanzado en colaboración entre estudiantes de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), el Ministerio de Producción y Ganadería de Río Negro, el programa PROLANA y la comunidad esquiladora.

El objetivo principal de esta iniciativa es mitigar las problemáticas sociosanitarias que enfrentan los trabajadores durante la esquila, promoviendo condiciones de trabajo seguras y con higiene sanitaria.

La propuesta surge como respuesta a las lesiones y dolencias comunes entre los esquiladores, quienes suelen enfrentar problemas en la cintura, muñecas y otras áreas del cuerpo debido al desgaste físico causado por la vibración de las máquinas. Según Pamela Pamer, directora de la Licenciatura en Kinesiología y Fisiatría de la Sede Atlántica, la necesidad de cuidar a los trabajadores fue evidente durante el Campeonato de Esquila, donde se relevó la precarización del trabajo y el uso frecuente de medicación para aliviar dolores.

"Esto nace de una inquietud de una personas que trabaja con las ovejas y es estudiante de nuestra carrera. Lo que veía era que todos los esquiladores aguantan con el cuerpo entre cuatro y cinco campañas, lo que les genera muchas lesiones en la cintura, el cuerpo y sobre todo en las muñecas, porque el equipo que utilizan vibra mucho y al cabo de un tiempo les causa dolencias", contó Pamela Pamer, docente y directora de la Licenciatura en Kinesiología y Fisiatría de la Sede Atlántica", comentó.

"Lo que hicimos fue asistir al Campeonato de Esquila y con un formulario impreso fuimos consultando por cada esquilador y dueño de maquinaria, cuáles eran los dolores que tenían y qué sentían que les faltaba. Notamos que es un trabajo muy precarizado y sabemos que se esta trabajando a nivel nacional para que se salga de esto, pero todavía falta. Todos nos indicaron que tenían dolores de cintura, de muñecas, en el cuello y que se automedicaban con diferentes antiinflamatorios", detalló Pamer.

En el marco del programa PROLANA, se ha desarrollado una capacitación dirigida a esquiladores en proceso de formación, con el objetivo de informar, instruir y asistir a estos trabajadores. Esta iniciativa incluye la elaboración de un arnés diseñado para reducir la carga en la zona lumbar, en colaboración con profesionales de la universidad y expertos en materiales.

Además, el proyecto contempla la ampliación de la kinefilaxia a quienes realizan el acondicionamiento de la lana, sumando la participación de estudiantes de nutrición para cubrir esta nueva área de intervención. Los ejercicios y la capacitación en alimentación saludable han tenido un impacto positivo en los esquiladores, quienes han reportado una notable mejoría en su condición física y en la reducción de dolores relacionados con su labor.

En palabras de un esquilador beneficiado por el proyecto, los ejercicios y el enfoque en el cuidado físico han marcado una diferencia significativa en su capacidad para trabajar durante y después de la esquila. "Los ejercicios que nos dieron nos ayudaron mucho en nuestro trabajo, tanto durante y post esquila. Ahora el cuerpo no duele tanto y también pude ver a varios de los muchachos que también y todos tenemos un acondicionamiento mejor para poder trabajar", manifestó.

"Para este 2024, con algunas de las estudiantes y muchos que se sumaron este año, armamos un proyecto de extensión que tiene cierto nivel de subsidio de parte de la UNRN, con el que desarrollamos un arnes para que los esquiladores tengan menos carga en la zona lumbar. Trabajamos con los profesionales de Prolana para ver como diagramar la estructura para colgar el arnes y que soporte la carga de los esquiladores, por lo que también se confeccionó con ingenieros en materiales", comentó Pamer.

"Este año el trabajo de kinefilaxia para la esquila no solo se va a encuadrar no solo en esquiladores, sino también para quienes realizan acondicionamiento de la lana, por lo que se suma la carrera de nutrición para cubrir esta parte de las necesidades que nosotoros indagamos en 2023 y que en una primera intervención no pudimos realizar", finalizó.

La respuesta positiva de la comunidad esquiladora y la colaboración interdisciplinaria entre distintos actores involucrados han consolidado este proyecto como un hito en la protección y mejora de la salud de los trabajadores del sector ovino.